Esa
decadencia que había comenzado dos años antes, disimulada el año anterior ,
aporte económico mediante, hace que nadie apostara a su continuidad.
Sin aportes
publicitarios importantes, sin apoyo de las terminales, con autos de varias temporadas
encima y con pilotos viendo su continuidad en otras categorías, no podía más
que haberse firmado el certificado de defunción de la categoría.
Solo tres
carreras y un presidente de la categoría con pocas ideas para sacarla adelante
bastaron para llegar al final de una meta que no era la esperada cuatro años
atrás.